Irreal

Dorian se encontraba totalmente exhausto, los músculos del cuerpo le ardían tanto que apenas se podía mantener en pie pero no se podía detener, no ahora, no si quería seguir viviendo no si quería ver a sus padres otra vez, no lograba entender como o porque se encontraba en ese bosque si hace apenas unas horas atrás, al menos eso creía, estaba de fiesta con sus amigos, pero eso en este momento no importaba, lo vital ahora era correr y seguir corriendo, escaparse, salvarse eso importaba ahora. Lo único que le daba cierto alivio era que estaba con Aslaug, su perro lobo americano. Después de lo que el creyó fue una eternidad decidió frenar, derrumbándose en el piso totalmente agotado se tumbo boca abajo en el pasto para descansar, después de todo ya no lo perseguían, cuando recupero el aliento se percato de donde se encontraba, era un bosque de arboles gigantes y tan oscuro como la misma noche, junto a el corría un pequeño rió de aguas tan azules que contrastaba con el resto del lugar, donde estaba? Aslaug se movía de un lado a otro muy inquieto lo cual lo ponía aun mas nervioso de lo que estaba, como había llegado a ese lugar? por que en vez de levantarse en su cama con una buena resaca como era costumbre después de una borrachera lo había hecho en este profundo bosque? y lo peor de todo, estaba totalmente desnudo, aunque intentara recordar algo no lo lograba, no comprendía que era lo que estaba sucediendo, que era ese lugar, la cabeza le daba vueltas a mil revoluciones quería saber que sucedía pero también sabia que en el estado que estaba no lo averiguaría, se acurruco junto a Aslaug al costado de un gran árbol y antes de hundirse profundamente en un sueño se le cruzo 1 cosa por la mente, que esa bestia que lo perseguía, ese oso, otra cosa no podía ser, no apareciera otra vez.

Algo no andaba bien, nada bien, había logrado dormir unas cuantas horas y sin embargo la oscuridad seguía reinando el lugar, se levanto y busco a Aslaug quien ya no estaba junto a el, lo encontró a orillas del rió con la mirada perdida en las profunda oscuridad del bosque, como si intentara ver mas allá, alerta por si la bestia oso decidía volver. A pesar de hallarse totalmente desnudo no sentía frió alguno, mas bien se sentía sofocado como si estuviera en medio de una niebla tan densa que apenas pudiera respirar, decidió que esto ya era suficiente, se acerco al árbol mas grande que alcanzara a ver y lo escalo, ordenando a Aslaug que no se alejara, comenzó trepando de rama en rama y llego a la cima de ese edificio con raíces de casi 400 pies según el, lo que vio lo dejo desconcertado, solo arboles y oscuridad hasta donde la vista llegaba, y lo mas inquietante de todo, donde estaban las estrellas? y la luna? se sentía como si estuviera dentro de una enorme habitación sin ventanas totalmente a oscuras, la desesperación lo invadió y las lagrimas empezaron a asomarse, con la cabeza entre las rodillas lloro amargamente, en ese momento le llego el sonido de una voz que viajaba en la leve brisa que corría y aunque no consiguió distinguir las palabras no tenia la menor duda que era la voz de su madre, tal vez estuviera muerto y escuchaba su voz antes de… Los ladridos de Aslaug lo devolvieron rápidamente a la realidad, sea lo que fuere que le estuviese ladrando representaba peligro, jamas lo había escuchado de esa forma, descendió del árbol lo mas rápido que pudo y al llegar al suelo encontró a su perro frente a frente con esa bestia, tenia la forma y el tamaño de un oso, ojos azules y una boca que parecía la entrada al mismísimo y puto infierno, no podía enfrentarse a eso, lo despedazaría en un instante, con un grito para ordenar a Aslaug empezó a correr pero esta vez no los persiguió, ni siquiera pareció moverse, aun así decidió seguir corriendo y alejarse lo mas posible, siguiendo el rió corrió y camino durante horas hasta que llego al final que desembocaba en una hermosa laguna azul, justo al otro lado se levantaban unas paredes que parecían de un color anaranjado, al acercarse se dio cuenta de que era un gigantesco laberinto, no tenia la menor intención de entrar ahí pero al dar media vuelta para volver por donde podían seguir lo vio, el maldito osito estaba ahí, al final del río, no le quedaba mas que una opción, Aslaug ven, vamos.

Izquierda derecha otra vez izquierda no importaba para donde giraba la fisonomía del lugar no cambiaba, lo único que veía eran interminables pasadizos echos de alguna extraña planta anaranjada, no sabia como salir de allí aunque intentara traspasar o escalar le era imposible, solo le quedaba seguir avanzando. No sabia si todavía el oso estaba tras ellos pero tampoco quería frenar y averiguarlo. Seguía avanzando por ese interminable laberinto cuando empezó a soplar un viento tan fuerte que lo obligo a refugiarse contra las paredes, en ese momento le pareció volver a escuchar la voz de su madre pero esta vez las palabras eran mas claras «hijito mami te ama».El dolor fue tan fuerte y repentino que por un momento pareció desmayar, salio volando hasta que dio contra la pared, aturdido y conmocionado logro ponerse en pie nuevamente, Aslaug estaba aferrado luchando contra ese animal que lo doblaba en tamaño. Dorian se fijo en su mano izquierda, ya no estaba ahí solo le quedaba un muñón sangrante, reuniendo valor y con lo que le quedaba de fuerzas se abalanzo contra la bestia…se encontró flotando perdido en el espacio rodeado por millones de estrellas y una bola de fuego se acercaba a el a gran velocidad. Del miedo cerro los ojos, cuando los volvió a abrir una luz blanca lo segaba, alcanzaba a ver que estaba en un cuarto blanco, y ahí la vio, su madre esta sentada dormida a su lado, no sabia si reírse o llorar, o las dos cosas juntas, había entendido que paso.

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Su madre no paraba de abrazarlo, besarlo, lloraba desconsoladamente, pero de pura felicidad, Dorian había despertado su hijito volvió, dos días sin aparente recuperación y de repente el milagro, despertó. Dorian lo recordaba todo, del partido de play con sus amigos, de la fiesta, todo iba bien ese día hasta que apareció el, su monstruo del día a día, temiendo que lo golpeara como era su costumbre decidió irse antes de la fiesta, se despidió de sus amigos y se marcho. Para evitar el camino largo hacia su casa corto por el bosque que quedaba entre su casa y la fiesta. Conocía muy bien ese bosque pero ese día la niebla lo hacia un poco espeluznante, asustado empezó a acelerar el paso. Una piedra impacto a escasos centímetros de el, cuando se giro para ver de donde procedía…Su monstruo lo había seguido, salio corriendo desesperado, no le faltaba mucho ya casi llegaba a su casa pero tropezó y callo por un barranco hacia el rio helado dándose la cabeza contra una piedra. Lo escuchaba reír, intentaba gritar para que alguien lo ayudara pero los pulmones helados no se lo permitían, antes de desmayarse escucho su grito de horror. Sintió una lengua en su cara era Aslaug, su perro lo había salvado.

 

 

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